Aquí en Italia los perros pueden estar en todos lados, hasta el punto de que al lado de casa hay una tienda de colchones, cojines, sabanas, etc. y hay un perro que, todos los días, tiene la buena costumbre de echarse una siesta en una de las camas. Hoy, cuando he pasado por delante a la vuelta de clase, no he podido evitar hacerle una foto.